12 de junio de 2015

No quiero melancolía de un pasado mejor, quiero optimismo con un futuro que nos equipare a un gran pasado.


Cuando fui Secretario General de JSE-Egaz rechacé hasta en tres ocasiones que el PSE-EE llegase a acuerdos con el PNV. Unas veces mi posición coincidió con la del Partido (no aceptar la propuesta de entrar en gobierno con el PNV), y en otras no (firma acuerdo, aprobación de presupuestos).

Y esta es la primera vez que estoy a favor de este acuerdo PNV-PSE que incluye entrar en gobiernos. ¿Ha cambiado que no soy Secretario General? No, lo que ha cambiado es la política, el tiempo político, el contexto, la realidad.

La decisión de apoyar o no a otro partido, además de por y para la ciudadanía, es una decisión estratégica de un partido en el que confluyen innumerables factores. Por eso siempre he rechazado los SI o los NOes a pactos como si nos fuese la vida en ello: depende. Depende de si cada partido, con sus votos, es más útil en su propia opinión, en el gobierno o en la oposición.

Empecemos a dejar caer los mitos (hoy he oido a Fabra), ya está bien de ningunear la política con el tema de los repartos de sillones: la política es gestión de poder, poder para cambiar o no las cosas, y los cambios se producen desde los sillones de la política no desde los de casa. Por tanto, lo primero es un sí: si considero que soy más útil en el gobierno si quiero entrar en el reparto de sillones. Y para el PSE-EE eso es sinónimo de poder cambiar las cosas en beneficio ciudadano.

Y el PSE-EE, no sin ser consciente que adquiere un riesgo, estratégicamente decide esta vez entrar en Gobiernos de Diputaciones y algunos ayuntamientos.

El PSE-EE ha sabido estar siempre en gobierno y en oposición. En Gobierno Vasco en la época Ardanza en coalición o en la de Patxi López, haciendo una política de tender puentes, de creación de derechos sociales, y de finalizar las confrontaciones ficticias. En oposición, en ocasiones haciendo una dura oposición (Ibarretxe con Euskotema, los primeros presupuestos de Urkullu), o haciendola más proclive al acuerdo (también hubo acuerdos con Ibarretxe como ahora con Urkullu).

La cuestión es dónde eres más útil.

Digo todo esto, porque durante las últimas semanas he oido de todo: opiniones de por qué hemos tenido un mal resultado electoral, opiniones de si es mejor (para el Partido) entrar en gobierno o no, opiniones a favor o en contra. Pero pocas, contadas con los dedos de una mano, pocas sobre el horizonte y cómo sacar a este partido de la pérdida de votos que hemos tenido.

Más que si entramos en gobiernos o no, que me parece bien, más cómo hemos llegado hasta aquí, lo que más me preocupa de todo esto, es qué hacemos como Partido (no como partido en las instituciones, sino como partido con ideología y vocación de pisar la calle) para volver a ser lo que nunca debimos dejar de ser: la segunda fuerza histórica de este país, y por tanto, quizás, centrados en cambiar el partido y no tanto en el presente institucional, quizás en cuatro años no depender así de gobernar o no con el PNV.

No se si me explico. Que quizás deberíamos centrarnos todos y todas en un Plan Estratégico individual y sincero de cómo aportamos cada uno mejor al Partido, para poder elaborar también el Plan Estratégico global.

Que en crisis, se mira hacia el horizonte (no por mirar, sino con un Plan), se mira al presente y al futuro con optimismo, porque, centrados en el cómo llegamos a la crisis, centrados en el presente y pasado pesimista, a cualquier empresa, el pasado se lo acaba tragando, y en pasado se acaba convirtiendo. Yo no quiero melancolía de un pasado mejor, yo quiero optimismo con un futuro que nos equipare a un gran pasado.

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Perfil

Bilbao, Vizcaya, Spain
Soy Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas y tengo estudios de Periodismo. He hecho teatro amateur 10 años. He grabado algunos cortos. Soy Formador en Comunicación. He sido tertuliano de la SER, Onda Vasca, Telebilbao y ETB. Escribo, leo, veo cine... Como se ve, mi vida tiene bastante que ver con la comunicación. Estoy dispuesto a abrirme al mundo. ¿Está el mundo preparado para recibirme a mi?