Pues miren, miedo a preguntar no es. Es miedo a faltarnos el respeto, cuando le da la gana a un grupo de personas, saltándose las normas de convivencia que nos hemos dado sin plantear primero soluciones como modificar esas normas.
Es miedo a que nos cuenten la pregunta pero no nos digan la consecuencia de la respuesta.
Es miedo a la fractura social. Es miedo a romper el espíritu vasco de Ajuria Enea que es sinónimo de pacto, acuerdo y entendimiento.
Es miedo al reduccionismo de un mundo cada día mas global y tendente a construir puentes por encima de las fronteras Estado-Nación.
Es miedo a la mentira creída por muchos y por tanto en el imaginario colectivo convertida en verdad: ¿Es que acaso decidir es malo?
No. La pregunta es, ¿es que acaso no decidimos ya? ¿Es que acaso estos mismos que defienden referéndum=única forma de democracia real, nos dejan decidir sobre otras cosas?
En una sociedad, de forma regulada, nos ponemos normas para, con el voto de todos constituir representantes, que estos a su vez tienen limites regulados por unas competencias que les delimitan el quien decide, que decide y como decide. ¿Es que acaso los alaveses no tienen derecho a decidir su futuro? ¿Es que acaso no lo deciden ya? Decidir. Con límites. Porque la ausencia de límites en la regulación de sociedades es una línea que recorre desde el anarquismo hasta la tiranía, y que su estación no para en la democracia.
Poner límites, regular competencias. Respeto a las normas. Es principio de democracia para regular sociedades heterogéneas. Respeto a las normas que nos hemos dado.
Pongamos un ejemplo, ¿es que acaso no puede el pueblo español, en el ejercicio de su soberanía derecho a decidir sobre si expulsa a los inmigrantes de este país?
Pues puede que el referéndum pueda hacerlo. Pero un tribunal pararía el resultado independientemente de la voluntad del pueblo soberano.
¿Puede ese pueblo soberano cambiar las leyes para que un juez no pueda echarlo para atrás? Pues puede intentarlo, pero España ha cedido mas soberanía que la que Euskadi y Cataluña creen que tendrían con su independencia, a una unión superior, y esa unión, aun con toda la legitimidad soberana española, pararía también el derecho a decidir el futuro de los españoles en España.
La pregunta no es por qué España no nos deja decidir. La pregunta es, por qué en Euskadi nos impiden intentarlo entre nosotros, con España como cortina de humo.
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