Vale que el Partido Socialista francés ha perdido 100 alcaldías y eso
es un fracaso.
Vale que ha habido una histórica abstención.
Pero hay
dos mensajes que se están repitiendo constantemente que me estaban
dibujando un mapa terriblemente equivocado, y al entrar en los datos me
he dado cuenta:
- Mensaje uno: terrible caída y castigo del Partido Socialista.
- Mensaje dos: terrible ascensión del Frente Nacional.
Es decir, el partido que ha obtenido el 43% de los votos, a sólo 5% del
siguiente partido y a sólo 8% de la mayoría absoluta, parece que está a
punto de desaparecer, y el Frente Nacional que sólo ha conseguido el
6,84% de los votos (¿a que estás sorprendido/a?) y que gobernará 11-14
alcaldías de 36.700 municipios del país, parece como si hubiese ganado y
su victoria fuese indicativa del resurgimiento con fuerza de la extrema
derecha.
El resurgimiento
de la extrema derecha además, tiene siempre tres mensajes aparejados:
- La nueva extrema derecha tiene una cara más amable.
- A la extrema derecha siempre van votos de la izquierda con miedo a la inmigración.
- La mejor forma de ganar a la extremaderecha es votar al centro derecha que le hace frente.
Cuidado, que la estrategia, en plenas europeas, está bien
pensada, y los datos no son para tanto.
Claro que Hollande tiene
que hacer las cosas mucho mejor. Pero bien nos vendría en pensar, que
para nosotros/as, así como para el propio pueblo francés, Hollande es lo
mejor que les puede pasar, porque la izquierda puede cometer errores,
pero la derecha jamás comete ninguno. Y no digo que esto último sea
bueno precisamente...
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