Hace años que hablo del riesgo que estamos cometiendo con el continuo desprestigio de la política con el que participamos todos: partidos políticos, medios de comunicación y sociedad en general (que ésta última por cierto, únicamente reacciona por los impulsos que le llegan a través de los dos primeros).
El “arte de la política” es el arte de realizar cambios en la sociedad que nos encaminen hacia la mejora de la calidad de vida. En cada momento, en cada contexto y en función de cada ideología.
Prestigiemos la política porque aunque tiene fallos, sigue teniendo aciertos. En los municipios, en el Parlamento, en el Congreso, en las entrañas de los partidos políticos, realizan acciones constantes que no son valoradas por los ciudadanos y probablemente la culpa es nuestra. La verdadera culpa de los políticos es dejarse desprestigiar la política. Y ahora hay que pagar las facturas de ese peaje.
Y da igual que ahora en el contexto actual, el problema beneficie a la derecha (PP, PNV) y perjudique a la izquierda (en concreto al PSOE). El problema, a largo plazo, el cansancio de la sociedad por cuestiones por las que tienen razón pero también por cuestiones por las que no hemos sabido explicarnos como colectivo, nos afecta a todos.
Es por ello que yo voy a pedir a cada político que conozca, que se acaben las constantes disputas personales, que los componentes de lucha sean ideológicos, porque las diferencias entre liberalismo, progresismo, conservadurismo, socialismo, nacionalismo etc. siguen existiendo. Las ideologías sólo están muertas en el discurso público, no en los actos de cada partido en cada parlamento.
A los medios de comunicación, les pido que sigan informando con libertad, pero por favor hagan un esfuerzo, por esta sociedad, por sacar muchas más noticias de los acuerdos y no siempre la bronca. Que la bronca vende es evidente, y que los medios son un negocio también. Pero los medios también son responsabilidad social y en eso... tienen que participar por no desprestigiar la política.
A los ciudadanos, les pido que tengan en cuenta que en efecto, somos imperfectos, pero que el sistema, no es lo que falla, lo que falla son una minoría de personas que manchan la labor de la mayoría, como ocurre con el dopaje, en donde muchos piensan inconscientemente que "todo deportista se dopa" a pesar de los controles que pasan y que sólo un 1% está demostrado que lo hace, o también ocurre con el desprestigio general de la Policía como cuerpo, fundamentalmente porque pone multas, cuando lo que intenta es que haya orden frente al caos, o con tantas cuestiones pero que ninguna pone en riesgo lo más esencial, como es nuestro sistema de convivencia.
Poner en duda el sistema tal y como es vale, pero no pongamos en riesgo el sistema de convivencia.
Y les invito por último a que visiten a cualquier partido, que lo conozcan, que se impliquen en uno existente o por existir. Estamos abiertos, cada uno con nuestra ideología, pero por el bien de un conjunto.
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