Creo que al final terminaré viendo el deporte. Pero no puedo dejar de aborrecer la elección de Pekín como sede de los juegos olímpicos. No lo entendí en su día, ahora con la polémica, seguida de la represión, lo entiendo menos. Creí que con los Juegos de la Alemania Nazi, en la que han quedado para la historia esas imágenes de Hitler entregando un Oro a un negro, teníamos bastante. Pero los Comités e Instituciones deportivas... a lo suyo, a forrarse al margen de la Ley, o mejor dicho con sus Leyes, como Estados de una dimensión paralela.
Fuente: Netoratón
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