Cuando un etarra desaparece, hay cuatro posibilidades:
- Que haya huido
- Que haya muerto
- Que lo hayan asesinado sus compañeros
- Que lo haya hecho desaparecer el Estado
Lo que no significa que estas posibilidades, estén en igualdad de condiciones. Es decir, cuando hablamos de un etarra, una mente asesina, deberíamos pensar que lo peor (ese, “piensa mal y acertarás”) es que sus compañeros se lo han cargado. Pero además, cuando se junta que, por un lado, tenía problemas de salud (osea que la probabilidad de que hubiera muerto era grande) y que además manejaba el dinero de ETA (osea que la probabilidad de haber huido era también grande), lo que queda claro, es que la última de las posibilidades es que el Estado tenga algo que ver en esto.
Pero además, ¿por qué matar? ¿por qué a él? Y llega hoy y descubrimos que, en efecto, Jon había muerto de un ataque al corazón en un banco, y se le había recogido sin documentación y allí estaba en la morgue esperando que alguien lo reclamara. Pero digo yo que alguien tendrá que pedir perdón.
Alguien, algunos, que lo primero que hicieron es poner en tela de juicio al Estado (el mismo Estado que, por cierto, inmediatamente abría una investigación judicial para esclarecer el asunto, como debe de ser). Alguien tendrá que pedir perdón por preocuparse del paradero de Jon como si le fuera la vida en ello, con tal de ensuciar un poco mas a España en Euskadi. Y no hablo de los batasunos que hicieron lo único que saben hacer. Hablo de esos demócratas que dejan su moral por los suelos cada vez que hay una oportunidad de inventarse una tontería contra España.
Alguien tendrá que pedir perdón, digo yo, por insinuar, e incluso decir públicamente, que “volvían a desaparecer personas con un gobierno socialista”. Porque con eso se dice bastante.
Alguien tendrá que pedir perdón, digo yo, por el “todo vale”. Por lo mezquino, por lo absurdo. Por tomar por tontos a tanta gente. Por el raca-raca de que mala es España. Por un sinfín de cuestiones, que vienen a cuento, precisamente con Jon.
Non dago Jon? Pues tú sabrás, que dijo aquel.
P.D.- Como me han comentado lo mismo tanto en Twitter como en Facebook sobre las prisas que me he dado en mis conclusiones, sólo añadiré que parece ser que enseguida uno quiere olvidar las prisas que otros (o uno mismo) se dieron por poner en tela de juicio al Estado cuando Jon desapareció. ¿Dónde estaba la cautela a la hora de sacar conclusiones entonces? me pregunto yo...
P.D.- Como me han comentado lo mismo tanto en Twitter como en Facebook sobre las prisas que me he dado en mis conclusiones, sólo añadiré que parece ser que enseguida uno quiere olvidar las prisas que otros (o uno mismo) se dieron por poner en tela de juicio al Estado cuando Jon desapareció. ¿Dónde estaba la cautela a la hora de sacar conclusiones entonces? me pregunto yo...
1 comentario:
Excelente post compañero. Poner en tela de juicio de manera constante al Estado no enriquece la cultura democratica que nos falta, al contrario, la daña. Pero hay algunos que se agarran a un clavo ardiendo para mantener su estrategia política y alimentar así al monstruo que se llama España (lease igual como Francia, Portugal o lo que sea).Un saludo.
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