13 de mayo de 2016

Érase una vez una historia inventada. O cómo tirar en la realidad un mito progresista de proyección internacional.

Os voy a contar una historia:

Érase una vez un país muy grande, que hablaba portugués, muy maltratado por el capital, en un continente cuya historia había dividido a los países en régimenes fascistas en el pasado, y populistas de izquierda radical en el presente.

En este país, un líder sindical no radical, logra ganar a la tercera intentona unas elecciones, y pone a su país en su mejor momento, con una gran política económica, una gran política social, una gran política educativa, como hasta entonces no se había hecho nunca. Lo cual, trae muchos problemas con el capital y con las mafias criminales, pero no con la sociedad que ve cómo mejora sus condiciones de vida.

Este presidente, dejó de serlo con una aceptación brutal. Cuando lo dejó, recomendó una sucesora. Esa sucesora, contra todo un aparato mediático capitalista, logra ganar para continuar el proyecto. Y continúa con sus políticas.

Esa sucesora, una persona de la calle, víctima de la violencia de Estado, hecha a sí misma, sufre una oposición brutal desde el principio, y una lucha mediática contra ella muy fuerte.

Contra todo pronóstico, la sucesora, gana las siguientes elecciones, para sorpresa incluso de la prensa internacional.

Casualmente, al poco de las segundas elecciones, toda la prensa internacional, nos contaba como si fuese responsabilidad de ella, unas macromanifestaciones contra la política reformista del gobierno. Casualmente digo, porque nos vendían como "el pueblo contra ella" cuando acababa de ganar unas elecciones. La derecha, por supuesto, no tenía nada que ver, era el pueblo. Ya.

Posteriormente, o al mismo tiempo, el predecesor, usando su poder mediático, anuncia que va a intentar refundar el socialismo internacional. No cambiar la IIª internacional que, por cierto, no vale para nada porque está circunscrita a los partidos de gobierno socialistas y no a la mejora del sistema internacional de corte progresista por y para los trabajadores del mundo, que es por lo que nació la internacional.

Hostias, un movimiento de trabajadores del mundo, pensado para luchar juntos no contra el mercado globalizado, sino para que podamos negociar con ellos en igualdad de condiciones y no nos engañe el mercado globalizado. Menudo peligro.

Poco tiempo después, surge los primeros casos de posible corrupción de una persona de gran proyección internacional. Había que tirar al mito. No vaya a ser que...

Al mismo tiempo, el caso de corrupción afectaba supuestamente a todo un gobierno de la sucesora. Incluida ella. El legislativo, a pesar de estar fuertemente corrompido, le entró una moralina sin parangón y, decenas de imputados por otros casos, votaron un impeachment.

Por ahora, fin de la historia. El proyecto, tanto el de la nación concreta como el internacional, queda parado sine die. La imagen de los héroes, manchada como si fuesen los villanos.

El público internacional, en un contexto de crisis y corrupción generalizada, ni recuerda la historia, ni tiene piedad con las sospechas.

Y ahora mis preguntas son:

Si hago un guión y lo registro, ¿me acusarán de plagio con la realidad? ¿me acusarán de exceso de imaginación? ¿o podré decir, que es una historia basada en hechos reales?

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Perfil

Bilbao, Vizcaya, Spain
Soy Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas y tengo estudios de Periodismo. He hecho teatro amateur 10 años. He grabado algunos cortos. Soy Formador en Comunicación. He sido tertuliano de la SER, Onda Vasca, Telebilbao y ETB. Escribo, leo, veo cine... Como se ve, mi vida tiene bastante que ver con la comunicación. Estoy dispuesto a abrirme al mundo. ¿Está el mundo preparado para recibirme a mi?