A ETA nunca la olvidaremos. Pero el "todo es ETA" es algo que, con el
tiempo, se nos olvidará. De hecho, ya se nos venía olvidando. Y quizás
no convenga olvidarlo, para recordar que hay límites de la ética que no
se pueden cruzar pero que hay quienes los cruzaron. Y los cruzan.
El "todo es ETA" es aquel movimiento político y mediático creado, por
ejemplo, para servirle en bandeja a un editor de telediarios el hablar 6
minutos del "todo es ETA" y sólo uno de la corrupción en Valencia.
El "todo es ETA" tiene un sentido analgésico, alienador, que crea un pantallazo entre la realidad y la ficción o la exageración para equipararlas como si fueran lo mismo y que tiene como única consecuencia que la necesaria crítica a la realidad quede devaluada, y en ocasiones, olvidada.
Y de mientras, dos policías que lucharon contra ETA condenados por colaboración con banda armada tras el caso Faisán.No detenidos por enaltecer, sino con el enaltecimiento (o con lo que toque en cada momento) como excusa, la derecha, marca la línea roja de lo que se puede decir, pensar y hacer en este país, que nunca puede irse más allá del pensamiento único, o te caerá detrás todo el aparato del Estado.
Y de mientras, un Lehendakari y un líder de la oposición (y posterior Lehendakari) estuvieron a punto de ser inhabilitados por reunión con organización ilegalizada.
Y de mientras, también tengo que decirlo, lleva seis años en la cárcel quien, al margen de su moral y las razones de su estrategia, el tiempo ha demostrado que no reconstruyó organización ilegalizada sino otra cosa para cesar la violencia.
Y de mientras dos titiriteros, independientemente de su buen gusto y del acierto o desacierto en contratarlos, detenidos. DETENIDOS.
Y mientras eso pase, sea por quien sea, mi grito será pedir LIBERTAD. En este caso libertad para los titiriteros.
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