Nunca, ninguna serie había logrado que al menos cinco periódicos nacionales hablasen en sus portadas digitales del fin de esa serie.
Nunca, ninguna serie de televisión había logrado que 40 países emitiesen, prácticamente sincronizadas, el final de una serie.
Nunca una serie tuvo tanta expectación. Y nunca una serie tuvo tantas incógnitas por resolver.
No os voy a contar el final de Lost/Perdidos, pero si os diré lo que vais a poder leer los próximos días, y es la contrariedad, incluso la decepción de algunos por ese final.
Una decepción, que en realidad no es tal.
En primer lugar, una serie que revela tantas incógnitas, que se pone el listín tan alto desde la primera temporada, es una serie que va a tener dificultades por terminar, pero hay que agradecer que haya sido tan buena durante tantos años.
En segundo lugar, Lost ha reinventado el cine y cada temporada Lost se reinventaba a si mismo. En la primera y segunda temporada por los flasback, en la (creo) tercera y cuarta con los flasfordwards. En la quinta y la sexta… desvelándonos casi todo lo que era la isla, lo que representaba. Y eso es lo que creo que hoy se está olvidando al hacer los análisis del capítulo final.
Hoy los productores tomaron la decisión de hacer un homenaje a la serie, repasar todas las temporadas y lo que ha significado para los personajes vivir en la isla, lo que se hubieran perdido de no vivir en ella, y haciéndoles ese homenaje a los personajes, a la vez nos lo estaban haciendo a nosotros.
Hay quien está decepcionado porque no ha habido un final que lo desvele todo. Yo estoy contento porque Lost ha existido, porque me ha hecho vibrar, porque su música y sonido me ha emocionado, porque me he perdido, porque me he enamorado y he odiado personajes, porque he hecho teorías, porque he dejado viajar mi imaginación como se supone que sólo consiguen los libros.
Eso ha sido Lost y eso será para siempre. Una serie que ha sido un fenómeno de masas. Que ha conseguido que hoy la ABC americana habrá el telediario nocturno con el final de Lost.
Un fenómeno de masas que, por cierto, ha revolucionado internet, y que quizás nunca hubiese funcionado sin internet. Sin las teorías de la gente. Sin las aportaciones, sin las esperanzas.
Qué podía ser la isla, qué hacían allí, cuál era su destino, eso está todo se ha ido desvelando en la quinta y sexta temporada, en algunos de los capítulos. Habrá que verla otra vez, para que todo el mundo se vaya dando cuenta.
Pero al final, no ha importado si estaban vivos o estaban muertos. Al final no ha importado qué era la isla y qué era el mundo real. Al final no ha importado qué era ficción o misticismo, y que era racional y científico. Al final no ha importado qué era fe y qué era real. Al final lo único que ha importado, es que siempre, siempre , siempre… triunfará el amor.
Al final, lo único válido, es que da igual la religión, la filosofía, la forma de vida, que exista dios o que no, la espiritualidad, el misticismo, el laicismo o el ateísmo: la vida es una lucha del bien contra el mal, y todas las sociedades quieren que triunfe el bien, porque el único fin por el que existimos, es ser feliz, y el amor, es la mejor de las medicinas para ese objetivo final.
Eso ha sido lost para mi. Unido a lo que ha sido para el cine, para la música, para el marketing, para las redes sociales… y eso es lo que quedará en mis retinas.
Otros enlaces de interés:
Otros enlaces de interés:
- Ivan de la Jara
- Pedro Jorge Romero (la Biblia de Lost)
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