Sobre los vecinos de Durango

Suscribo literalmente a Txema Oleaga. Ese mismo poema me vino al pensamiento cuando me enteré de la noticia:

Puedo comprender las motivaciones personales, pero es difícil de entender la falta de visión. La historia se repite y si desistimos de nuestra condición de ciudadanos, luego pediremos que se marche el vecino Juez, la vecina periodista, el vecino empresario, la vecina Consejera del Gobierno, el vecino policía, la vecina directora de un centro penintenciario, etc. Hasta que un día eres tú el que te tienes que ir. Esto ya lo contó Bertolt Brecht en un extraordinario poema.

Cuando los nazis vinieron a por los comunistas,

guardé silencio,

porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,

guardé silencio,

porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,

no protesté,

porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a buscar a los judíos,

no protesté,

porque yo no era judío.

Cuando vinieron a buscarme,

no había nadie más que pudiera protestar

Pero me voy a quedar con algo que leído en un periódico: Es como si pedimos que se vaya la mujer que grita cuando su esposo la está agrediendo.